Un 16 de julio de 1992 se registró uno de los ataques más sangrientos y destructivos por parte del grupo terrorista Sendero Luminoso que tocó las raíces de la sociedad limeña y se convirtió en uno de los hechos que demostró toda la demencia terrorista de ese entonces, es el atentado de la calle Tarata, en el distrito de Miraflores.
Hoy se conmemoran 28 años de esa noche de horror, destrucción y desesperación que comenzó cerca de las 21:15 horas con la explosión de dos coches-bomba en la cuadra dos de la mencionada calle y que formaron parte de una serie de atentados en la capital del país.
La onda expansiva alcanzó y dañó seriamente a toda clase de inmuebles y vehículos a 400 metros a la redonda. En un abrir y cerrar de ojos el corazón de Miraflores se convirtió, prácticamente, en una zona de guerra.
Edificios destruidos, carros convertidos en fierros retorcidos y cientos de personas sin saber qué hacer era la escena común en un lugar que había estado alejado de la violencia terrorista que ya atacaba en diversas partes del Perú.
Objetivo
El día del ataque fue el jueves 16 de julio de 1992 y el objetivo original de este ataque fue la agencia del Banco de Crédito del Perú de la exclusiva avenida limeña José Larco.
Durante la tarde de aquel trágico día, el contingente senderista de Lima realizó ataques menores contra comisarías y entidades financieras con el objetivo de dispersar a las fuerzas policiales, y conseguir el camino libre para perpetrar el hecho.
Según testimonio de militantes senderistas entrevistados por la Comisión de la Verdad y Reconciliación, el destacamento número doce de SL en Lima que estaba al mando del “camarada Daniel” (identificado posteriormente como Carlos Mora La Madrid en los archivos de la Comisión) fue el encargado de realizar esta acción.
Alrededor de la hora pactada, ocurrió una oscilación de la luz seguida por uno de los apagones que caracterizaba a la ciudad en ese tiempo. La idea original era estallar los explosivos en el frontis de dicha entidad bancaria a las 21 horas y 20 minutos, pero un vigilante del establecimiento no les permitió estacionarse en el lugar pactado, realizando disparos con su arma de protección. Decidieron, entonces, dejar el vehículo en la intersección siguiente (que era la calle Tarata) y dejar que el carro avance lentamente hasta el momento de su explosión. Una vez en la calle, el conductor del vehículo disminuyó su velocidad y lo abandonó, ya que según se dice, la mecha del explosivo ya estaba encendida.
La carga era de aproximadamente entre 400 y 500 kilos de ANFO mezclada con dinamita. Los edificios afectados por encontrarse en el centro de las dos explosiones ocurridas fueron El Condado, San Pedro, Tarata, Residencial Central y San Carlos. La onda expansiva alcanzó casi los 400 metros a la redonda, a tal punto que el motor del auto utilizado por los terroristas, fue a caer sobre el techo de un aparcamiento de vehículos ubicado a 320 metros del centro del atentado.
El trágico saldo final fue de 25 personas muertas, 250 heridos, 5 desaparecidos, 360 damnificados y pérdidas materiales superiores a los 3 millones de dólares de aquella época, afectándose también aproximadamente un centenar de edificaciones cercanas entre bancos, exclusivas boutiques, casas, centros comerciales, librerías y hasta galerías de arte.
Es así como Abimael Guzmán, Elena Iparraguire y otros cabecillas de la cúpula de Sendero Luminoso planearon así uno de los peores ataques en la capital de la República y demostraron toda su insania terrorista contra la población civil.
Sentencias
Por este hecho, Guzmán, Iparraguire, María Pantoja, Florindo Flores Hala, alias ‘Artemio’, Óscar Ramírez Durand, Osmán Morote Barrionuevo y Margot Liendo Gil, entre otros, purgan cadena perpetua como autores materiales del atentado. Para los cuatro primeros es su segunda sentencia de este tipo.
El colegiado A de la Sala Penal Nacional emitió esa sentencia en el 2018 y le fijó, además, el pago de una reparación civil de dos millones de soles en favor del Estado y de las víctimas del atentado.
En agosto de 1998, fueron sentenciados seis miembros de Sendero Luminoso como autores materiales del ataque. La Sala Superior Penal Corporativa del Poder Judicial les impuso penas de entre 25 y 30 años de cárcel.
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