Escribe: Suriel Chacon
No sé si Paolo Guerrero, el capitán de la oncena inca y el goleador histórico de la blanquirroja, lea esta breve misiva, pero, de alguna manera, tenía que exteriorizar esta sensación, conmoción y profunda tristeza por su caso: pues admito que la injusticia que están cometiendo contra él hace que mis días tengan una extraña dosis de amargura y aflicción. Aún no logro entender el porqué me estaría afectando su caso, como si se tratara de mi hermano, de mi sangre: pues este pesar es inusual y, francamente, no sabía cómo afrontarlo, como un hincha apasionado de la Selección Peruana de Fútbol, sin embargo, hallé una porción de entereza y quijotismo y desterré los escollos de mi mente. Y, el miedo de no hallar las palabras o, quizá, de no poseer la suficiente cultura para descifrar con justeza y fidelidad cada una de las fibras que componen esta tribulación por el caso Guerrero, salieron corriendo. Y, ahora, créame, me siento más sosegado y presto.
Y, es que, a veces, disimular y/o contener sentimientos que te cambian, de repente, el estado de animo es poco conveniente y adecuado para la salud mental y espiritual. Millones de personas no logran manifestar lo que sienten por muchos motivos; pero sé que muchos peruanos podrían sentirse absolutamente identificados con esta publicación; dado que lo he escrito para un buen peruano: José Paolo Guerrero Gonzáles, el capitán de la blanquirroja, el individuo que demostró ejemplaridad y profesionalidad a lo largo de toda su trayectoria legendaria para el fútbol nacional, el sujeto que siempre hizo vibrar a la nación con sus goles, el prójimo que no duda en ofrecer su integridad cuando viste la camiseta peruana, el hombre que proviene de una familia humilde y que con su talento pudo ofrecerle una mejor calidad de vida a todo su entorno y, no nos podemos olvidar que es el peruano que nos trajo hasta la repesca.
Por otro lado, solía criticar de manera ácida a los hermanos de Argentina cuando idolatraban con lágrimas en los ojos a su máximo ídolo: Diego Armando Maradona, o cuando defendían con uñas y dientes de las devastadoras criticas al fabuloso fenómeno, Lionel Messi. Ahora, a mis 33 años de edad recién puedo entender que es tener a un capitán, ya que nunca vi a mi Selección ni siquiera cerca de llegar a un mundial, y que sentimientos genera en uno que admira la entrega de un guía, conductor, líder; como Guerrero o, quizá, como Neymar, Lionel, Lugano. ¡Por fin! Logré entender con claridad.
Perú-Nueva Zelanda: Sólo vale el triunfo para llegar al Mundial de Rusia 2018
Ambas selecciones pelean por el último cupo a la próxima Copa del Mundo
El único resultado que le sirve a Perú está noche, el Estadio Nacional, es ganar con cualquier resultados a Nueva Zulanda para consolidar su clasificación al Mundial de Rusia 2018. Un empate a cero goles lo obligaría a jugar dos tiempos suplementarios de 15 minutos cada uno. Un empate con goles sería lapidario.
Tras el empate (0-0) obtenido por la selección peruana ante Nueva Zelanda, en Wellington, la Blanquirroja está obligada a ganar, porque un empate con goles sería lapidario y le daría la clasificación a los “All Whites”
En el fútbol siempre hay tres resultados que se pueden dar, pero para Perú el único valedero para hacer realidad su sueño mundialista es ganar por cualquier marcador a Nueva Zelanda. Existen otros resultados que podrían estropear su cometido de llegar a Rusia.
De lograr un empate a cero goles con los neozelandeses al final de los 90 minutos, ambas escuadras se irán a tiempos suplementarios de 15 minutos cada uno. Si mantienen el escore sin goles definirán al ganador mediante los penales.
Ahora, si se concreta un empate a un gol o más tantos la situación sería perjudicial para los dirigidos por el técnico Gareca porque Nueva Zelanda se quedaría con la clasificación al Mundial.
Para estos partidos de repechaje, la FIFA dictaminó que los goles visitantes valen doble y de concretar los Kiwis en el Estadio Nacional, Perú tendría problemas.
Para los All Whites sería su tercera Copa Mundial luego de 18 años y para los peruanos su quinta clasificación en 36 años.
[Fuente: Andina]