La Organización Mundial de la Salud (OMS) zanjó en las versiones que indican que el coronavirus causante de la COVID-19 se originó en un laboratorio de China al confirmar que este patógeno “tiene origen animal”, esto contrariamente a lo que afirma desde hace días el Gobierno de Estados Unidos.
“El coronavirus circula de forma ancestral entre los murciélagos, es algo que sabemos basándonos en la secuencia genética de este virus. Lo que necesitamos entender es cuál ha sido el animal que actuó como intermediario, es decir que fue infectado por los murciélagos y lo transmitió al humano”, sostuvo la jefa del Departamento de Enfermedades Emergentes de la OMS, María Van Kerkhove.
Como se recuerda, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha dicho públicamente que el coronavirus SARS CoV-2 tuvo su origen en un laboratorio de Wuhan (lugar del primer brote epidémico), lo que este domingo reafirmó su secretario de Estado, Mike Pompeo, quien además agregó que el gobierno cuenta con “una enorme cantidad de pruebas” de ello.
En ese sentido Van Kerkhove dijo en una conferencia de prensa virtual:
“De toda la evidencia que hemos visto de todas las secuencias genéticas que están disponibles, y creo que hay más de 15.000, este virus tiene un origen natural” precisó.
Por su parte, el director ejecutivo de la OMS para Emergencias Sanitarias, Mike Ryan, recalcó que EE.UU. no ha compartido con la organización la evidencia que afirma tener.
“Desde nuestra perspectiva esto es especulativo y como cualquier organización que se basa en evidencias, nos gustaría mucho recibir cualquier información relativa al origen del virus”, agregó.
El médico insistió en que mientras EE.UU. no comparta esa supuesta información “nosotros nos concentramos en lo que sabemos, en la evidencia que tenemos y que nos indica que el virus tiene origen animal”.
GUÍAS PARA GOBIERNOS
En otro pasaje de la conferencia de prensa, los altos responsables en la lucha para contener la pandemia dijeron que la OMS ha puesto a disposición una guía para que los gobiernos puedan evaluar los riesgos que suponen las reuniones masivas ahora que varios países, sobre todo en Europa, empiezan gradualmente a rebajar las medidas de cuarentena social.
Van Kerkhove sostuvo que para tomar una decisión oficial a ese respecto habrá que considerar varios criterios, como la cantidad de gente que se reuniría, el lugar previsto y evaluar si la reunión no puede ser realizada virtualmente o pospuesta.
Se desaconseja una decisión general, sino más bien reflexionar sobre los riesgos caso por caso y en función de si el virus está o no circulando en la zona.
“No podemos decirle a cada país lo que tiene que hacer en cada contexto, pero si hay reuniones hay que tener en cuenta si se puede mantener la distancia entre las personas y las medidas de higiene que estarán disponibles”, complementó Ryan.
El coronavirus ha superado los 3,4 millones de casos en el mundo, los test de diagnóstico rápido han llegado a muchos países por vías comerciales para ser vendidos en farmacias de forma libre y que la gente pueda hacerse ella misma el diagnóstico en sus casas.
Sobre la fiabilidad de esas pruebas y el peligro de que den falsos negativos, Van Kerkhove dijo que hay “cientos” de tipos de test para el coronavirus que se están vendiendo en el mundo y que obviamente “existen riesgos asociados a pruebas que se venden en cada esquina”.
“Hay que asegurarse que el resultado es verdadero ya que el riesgo es que haya falsos positivos o, peor, falsos negativos, lo que significa que uno puede estar infectado (y por ende contagiar a otros) a pesar de que el test dice que no lo está”, finalizó.
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