El parlamentario, Kenji Fujimori, fue a visitar —el viernes 14 de julio de 2017— a su progenitor, el expresidente de la República, Alberto Fujimori, exdignatario que cumple en la Diroes (penal de Barbadillo – Ate Vitarte, en Lima, Perú) una condena de 25 años de prisión efectiva por una serie de delitos. A ese mismo establecimiento, también fue conducido recientemente el expresidente, Ollanta Humala Tasso, tras recibir prisión preventiva por 18 meses. Dicho polémico fallo fue ejecutado por el juez Richard Augusto Concepción Carhuancho, quien considera que existe “peligro procesal”. O sea, riesgo de que Ollanta y Nadine se fuguen del país. Kenji aprovechó la visita a su padre para intentar acercarse a Ollanta Humala, quien, de acuerdo a una columna de opinión publicada en el Diario EC por el propio hijo de Alberto Fujimori, Humala Tasso estaría pasando momentos conmovedores en su reclusión, pues Kenji aseguró que “No tenía nada, ni toalla”.
“¿Cómo podría yo guardar resentimientos por razones políticas? La política es una cosa, la vida es otra”, enfatizó el congresista de Fuerza Popular.
“Vengo como hijo, señor presidente, no como congresista. Le traigo algo de agua”, fue lo que le expresó Kenji al exdignatario, Ollanta, cuando se asomó a la zona donde permanece recluido Humala Tasso. Según Kenji, él pudo acceder a la zona privada de Ollanta y vio que en realidad no tenía nada, ni frazadas, ni colchas, ni toallas ni comida:
“Me di cuenta de que la medida judicial lo había sorprendido desprevenido. Parece que al INPE también, porque tuvo que habilitar rápidamente las instalaciones” narra, Kenji, según el artículo publicado en el Diario EC, el hijo de Alberto Fujimori se quedó meditabundo al mirar en qué condiciones estaba el expresidente de la República, y decidió regresar al departamento de su padre, con el objeto de contarle lo que había visto:
“‘No tiene nada de nada, ni toalla’, le dije. Mi papá se quedó pensativo un momento. Al salir de su ensimismamiento, comentó: “Apóyalo en lo que necesita”; y debido a ello, y ya con la autorización de su padre, Kenji se dispuso a ayudar al expresidente, Humala Tasso.
“Regresé entonces donde mi padre. “¿Todavía acá, Kenji, qué pasa?”. Le conté de donde venía. “No tiene nada de nada, ni toalla”, le dije. Mi papá se quedó pensativo un momento. Al salir de su ensimismamiento, comentó: “Apóyalo en lo que necesita””.
“Acto seguido, sacó unas viandas y preparó él mismo unos panes con queso. “Llévale esto”, me dijo. Antes de salir, le conté: “Me dijo que hace mucho frío. Y de noche es peor”, agregué. “Ah, entonces llévale esta frazada y este sacón para que se abrigue”. Y antes de salir yo, todavía añadió: “pero Kenji, aféitate primero. No puedes ir así. Es un ex presidente”. Sonreí, lo hice y partí con mi carga”.
Kenji Fujimori finaliza su extenso artículo de la siguiente manera:
“No hay que hacer leña del árbol caído. Quizá ha llegado el momento de construir los puentes. Hablaré con quién sea necesario”.
[Imagen de portada: Andina]