Este domingo 20 de mayo, el régimen de Nicolás Maduro llevará a cabo unas fraudulentas elecciones presidenciales en Venezuela, en las que como se prevé saldrá reelecto gracias a todas las trampas y escasez de garantías democráticas.
En un país en democracia acudir a comicios es una “fiesta electoral”, pero en dictadura será una “fiesta roja” que perpetuará al chavismo en el poder en medio de una crisis sin precedentes.
En el mundo se preguntarán cómo es que con tanto descontento popular y con una crisis que se asemeja a la de un país en guerra, el régimen podría ganar nuevamente unas elecciones.
#Venezuela Un proceso electoral al servicio de Nicolás Maduro – Por @puzkas https://t.co/KFtiqunq2Z pic.twitter.com/X7bQjQhnqK
— Diario Las Américas (@DLasAmericas) May 19, 2018
La situación es que el chavismo ha logrado sembrar trampas y crear fraudes electorales para lograr victorias ficticias que aún lo mantienen en el poder.
Así como el “socialismo del siglo 21” se ha convertido en una “dictadura moderna”, el modo de hacer trampa y ensuciar un correcto proceso de votación también se ha llevado a cabo de forma “moderna”.
Las trampas del chavismo
Populismo: Por un lado, el oficialismo se ha valido del populismo puro: a través de chantajes a los estratos más pobres ha logrado obtener votos. La estrategia es comida a cambio de votos.
Chantaje: A esto se suma el famoso programa “uno por diez” donde cada militante del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) está obligado a llevar a diez personas a la fuerza a que ejerzan su voto a favor del chavismo.
Sin oposición: Por otro lado, de la mano con el chavista Consejo Nacional Electoral (CNE) y del Tribunal Supremo de Justicia el oficialismo ha logrado inhabilitar a los principales líderes opositores, aquéllos que considera una amenaza y que podrían causarle una derrota electoral.
Del mismo modo, el TSJ y el mismo CNE decidieron anular a la mayoría de los partidos de oposición y, en especial, a la tarjeta de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) la cual se había convertido en la más votada en la historia del país.
Trabas en el exterior: Asímismo está la apertura del Registro Electoral Permanente (REP) para venezolanos en el exterior; el mismo debería estar disponible para que los ciudadanos que están en el extranjero puedan ejercer su derecho al voto. Sin embargo, esa posibilidad se ha mantenido cerrada; sobretodo ahora, cuando más de 4 millones de venezolanos decidieron migrar.
Eliminación y reubicación de votantes: Otra medida fraudulenta de la mano del CNE, se basa en la eliminación, sin explicación, de al menos 17.000 electores; esto sucedió para los comicios regionales del 2017 y podría repetirse para estas presidenciales; situación que podría sumarse a la reducción de mesas de votación para complicar aún más el proceso.
A todas estas trampas se suma la reubicación a última hora de los centros de votación; la eliminación del uso de la tinta indeleble y el captahuellas; además del ventajismo constante y descarado por parte del oficialismo.
Modificación de cifras: No se puede olvidar la desmotivación de los electores que no están de acuerdo con votar con un CNE que se inventó unas cifras cuando se eligió la ilegítima Asamblea Nacional Constituyente (ANC); números que fueron desmentidos por Smartmatic, la empresa que estaba encargada de totalizar los votos. Fue Smartmatic la que detectó millones de votos falsos en la Constituyente y que por primera vez en la historia de Venezuela confesó que hubo fraude. El CNE no tuvo nunca cómo demostrar que el chavismo obtuvo 8.000.000 de votos.
Lo mismo sucedió en las recientes elecciones regionales en las que el candidato de oposición Andrés Velásquez mostró pruebas que correspondieron a 46 actas electorales de varias mesas de votación, donde el CNE modificó las cifras para robarle el triunfo.
Es evidente que el fraude electoral ha estado latente desde hace muchos años, pero recientemente se efectuó de manera descarada y visible.
Amedrentamiento y más: Si todas estas trampas las sumamos al amedrentamiento que existe por parte de grupos armados del chavismo en el momento de las elecciones, a la doble cedulación que permite ilícitamente el doble voto, más la desconfianza que ha generado el CNE; se puede decir que en Venezuela no hay condiciones electorales y que la victoria de Nicolás Maduro será inminente a pesar de no contar con el apoyo de la población.
Es por esto que Maduro tiene todas las de ganar este domingo 20 de mayo en un fraudulento proceso electoral.