La Organización de la Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés) propuso a la Yuca, o también conocida como: aipim, mandioca, tapioca, guacamota; como uno de los alimentos o productos naturales más fundamentales para erradicar la hambruna y la desnutrición en países de América Latina, África y Asia. Asimismo, la yuca podría contribuir en el crecimiento de las economías de los países afectados por crisis humanitarias, y fortalecer la agricultura.
La útil y rica wiki nos dice:
[…] La yuca o mandioca es originaria del centro de América del Sur y desde la antigüedad se ha cultivado en la mayor parte de las áreas tropicales y subtropicales del continente americano. También fue introducida con gran éxito en naciones africanas de similares condiciones climatológicas, y aunque se estima que las variedades hoy conocidas son efecto de la selección artificial, hay variedades generadas por el aislamiento geográfico de la selva (es decir, zonas inhóspitas – casabe, que es altamente venenosa) al de los altiplanos (yuca, mínimamente venenosa) […]
DATO MUY IMPORTANTE:
Existen dos variedades de yucas; las que se pueden comer y las que no: pero ¿Por qué? Los que hemos crecido en la selva sabemos que existe yuca dulce, la que se come en los caldos, sopas y como guarnición, y las yucas amargas que en quechua se conoce como: “las CCAQUES”, y que no se puede ni probar, pues tiene un sabor totalmente ácido. Pero afortunadamente la naturaleza es sabia y a través de nuestros sentidos: vista, olfato, gusto, tacto podemos darnos cuenta o diferenciar rápidamente a estas dos variedades. Además, los propios agricultores descartan de plano a “las CCAQUES” (yucas defectuosas o venenosas), pues comercializarlas sería un crimen, dado que son tóxicas. Cabe precisar que todas las verduras, tubérculos y frutas poseen variedades que no son aptas para el consumo humano, por ejemplo, los champiñones y los hongos tienen sus variedades que también son altamente venenosas.
Comer las yucas amargas podría ocasionar: “desde nauseas, vómitos, mareos, trastornos del sueño y dolor abdominal unas horas después de la ingestión hasta las formas más graves con alteraciones neurológicas y la muerte” reporta fundacionio.org, pero no se preocupen, pues las yucas amargas no las puedes ni oler.
LA YUCA:
La yuca posee suficiente almidón y carbohidratos que en cantidades mesuradas es muy saludable para la salud de las personas. Y valgan verdades son deliciosas.

Yucas o mandioca frita con crema de palta o guacamole: Foto: quericavida.com
SUGERENCIA:
Las yucas aptas para el consumo humano, bajo ningún concepto, debe tener un grado elevado de acidez, y si lo tiene, estaríamos hablando de una yuca que se cultivó de manera silvestre o que el terreno de cultivo poseía un suelo ácido que alteró su sabor.
fundacionio.org informa:
¿Cómo podemos diferenciar la yuca dulce de la yuca amarga?
Ambas son muy similares en apariencia por ello es importante que se conozcan las diferencias:
La concha de la yuca dulce, se desprende y se ablanda fácilmente al colocarla bajo el fuego.
En cambio la amarga tiene la cáscara más pegada, es dura al cocinarla y se vuelve amarga y de color amarillo.
El tallo de la yuca dulce es verde, en cambio el de la yuca amarga es rojizo.
La yuca amarga tiene un uso fundamentalmente industrial, mientras que la yuca dulce, se utiliza como alimento familiar.
Se recomienda siempre comprar la yuca en supermercados o tiendas de confianza, para evitar confusiones y así prevenir posibles intoxicaciones.
[Imagen de portada: ecoagricultor.com]