Escribe: Jaime Antezana Rivera.
El narcotraficante Demetrio Chávez Peñaherrera, alias “Vaticano, luego de 22 años de purgar condena, recupera su libertad. La acusación: fue procesado por tráfico de drogas o narcotráfico que el mismo autoreconocio y no -como inicialmente lo acuso el tribunal que lo juzgo- por traición a la patria. Para ser más precisos: enviaba, con el permiso de los militares y otras autoridades, cargamentos de pasta básica de cocaína (PBC) en avionetas al cartel de Medellín de Pablo Escobar. Fue un abastecedor de ese cartel colombiano.
Ahora, más allá de la vida dispendiosa que llevaba, o si fue el “capo de capos” (La Republica 27-12-12) del Huallaga, o si tuvo una “relación” con Susana León, una de las vedetes de los inicios de los 90, “Vaticano” salto a la fama nacional e internacional porque fue el único narcotraficante que acuso directamente a Vladimiro Montesinos, asesor de Alberto Fujimori, de cobrarle 50 mil dólares mensuales por los vuelos de PBC. Reproduzcamos lo que dijo “Vaticano” (Caretas 1428) en una de las audiencias:
“El coronel Juan Pablo…me dijo “tú vas a firmar este documento en el que dice que no hay generales del Ejército. Pero, efectivamente yo no conozco generales, el único que yo puedo certificar que estaba arreglado era con el señor Vladimiro Montesinos. Pero me dijeron que no hay que poner el nombre de él, sino de alto funcionario del gobierno, y me dijo dentro de poquito lo vamos a sacar a usted.”
Acto seguido “Vaticano” fue más claro en su acusación:
“Fueron 50,000 dólares mensuales que yo entregué al papá del señor Capulina, un ex coronel del ejército. (…) Él era el intermediario para entregar la plata al señor Vladimiro Montesinos. (…) Yo pagué 50,000 dólares durante un año y me exigió a mí 100,000 dólares.”. Y concluyo señalando: “sucede que en los operativos todo me avisaba el señor (Montesinos”) por intermedio de la frecuencia 10000, por la frecuencia 10000”-
La acusación de “Vaticano” fue directa (“—Yo puedo certificar que estaba arreglado (el pago de cupos) con el señor Vladimiro Montesinos” y “fueron 50, 000 dólares que yo entregue al señor “Capulina”…para entregar la plata al señor Vladimiro Montesinos…”) contra Montesinos. Esta denuncia, aunque en la siguiente audiencia –en la apareció con serias alteraciones mentales- no volvió hacerlo, no solo remeció al segundo hombre del gobierno y ex jefe real del SIN, sino también al mismo Alberto Fujimori.
Es más, debido a que “Vaticano” había sido extraditado de Colombia, esa denuncia remeció al gobierno de Fujimori-Montesinos. Eso lo confirma el propio “Vaticano” al salir de prisión: “(Sí le pagaba a Vladimiro Montesinos) US$50 mil para sacar droga. Hay algunos documentos desclasificados que (señalan que) plenamente Alberto Fujimori tuvo conocimiento de las ‘narcoactividades’. Hay documentos desclasificados del Congreso norteamericano” (Ver http://peru21.pe/…/conocido-narcotraficante-demetrio-chavez…).
Luego agrego: “(Fue un periodo) nefasto para el Perú. Esto (el tráfico) no lo hice solo. Lo hice con la anuencia de ellos (el Gobierno)”. Eso significa que el tráfico drogas, del cual pide disculpas, con la anuencia del mismo presidente Alberto Fujimori. Y, en su momento -qué duda cabe- también también remeció a la alta jerarquía de las FFAA en general y. particularmente, a los militares que habían actuado como intermediarios del cobro de los “cupos” por los vuelos que este enviaba desde Campanilla, San Martin, al cartel de Medellín.
¿Han dejado los militares el cobro de cupos a los narcovueltos? Lo que viene ocurriendo en el VRAEM, documentado por la agencia AP y las diversas denuncias con testimonios publicados, demuestran que los militares se mantienen en esa zona, hoy convertida en el epicentro de la coca y la cocaína, cobrando cupos a los vuelos con droga a los narcotraficantes. Para seguir haciendo eso, claro está, tienen que inventar o cosificar al “terrorismo” inexistente.
Ahí radica la importancia de lo que fue el caso “Vaticano” quien acaba de recuperar la libertad y no –como sostienen otros- que fue –concepto discutible- el “capo de capos” del narcotráfico del Alto Huallaga de aquella época. ¿Por qué? Porque la denuncia de “Vaticano”, que increíblemente no fue considerada por las instancias de “justicia” controlada por Montesinos, desnudo las relaciones, no nuevas (estas, en realidad, empezaron en el gobierno de primer de Alan García) de una de las cabezas del gobierno fujimorista con el narcotráfico.
Denuncia que, hoy lo sabemos por boca del propio “Vaticano”, desnudo las relaciones del narcotráfico con el dúo irreductible de Fujimori-Montesinos y la cúpula militar sobre la que se asentaba el gobierno.
Nos muestra la profundidad de esas relaciones al más alto nivel del gobierno del “api” de Keiko Fujimori. Más aun, confirma lo que hace buen tiempo vengo escribiendo, que entre 1990 hasta 1996 el Perú llego a ser un narcoestado. Esa es la verdad que la libertad de “Vaticano” hoy nos encara.
El escándalo nacional e internacional que provoco la denuncia silenciada de “Vaticano” nos vuelve a envolver. ¿Saldrán los fujimoristas, y el narcocandidato presidencial, a decir –como en aquel entonces- que lo que ha ratificado Vaticano es un “complot contra el gobierno fujimorista” o contra el fujimorismo encarnado en la hija que no trabaja ni sabemos, ni quieren decir, de dónde saca el dinero para una campaña de más de cuatro años?
¿Saldrán los poderes facticos y los que quieren nombres y pruebas de los candidatos a la presidencia pro-narcos y del “Pablo Escobar” peruano que quiere ser presidente del Perú a decir que no fuimos y no estamos, nuevamente, en peligro de volver a ser un narcoestado? Estaremos atentos a lo que digan.
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