Escribe: Suriel Chacon
Hasta el momento, ni un pez gordo ha caído en Perú por el escándalo de corrupción Lava Jato, perpetrado por Odebrecht (Marcelo y Jorge) y todos sus compinches, entre ellos, Graña y Montero (GyM), de propiedad del todopoderoso, José Graña Miró Quesada, accionista mayoritario del grupo de comunicaciones más poderoso de toda la nación (Grupo El Comercio). No ha caído ni uno solo. Y, si algún incauto, insensato, borrico, papanatas cree que Ollanta y Nadine eran peces gordos, pues está recontra equivocado, esos dos infelices no son sino un par de carteristas al costado de los verdaderos tiburones. Ollanta y Nadine -francamente- son bujieros de Parinacochas al costado de los grandes asaltantes de carreteras; que, ahora mismo, están andando a sus anchas por los vertederos más recónditos y, desde allá, están tuiteando, como grandes pendejos, mensajes cargados de moralina: “Otros se venden, yo no” ¡Qué tal conchudazo, este cara de palo!
Bueno pues, señores, por fin, la sociedad peruana se puede dar cuenta que son 100 % manipulables. Ya casi todos se pueden dar cuenta que son presas fáciles de los titulares de la gran prensa, puesto que a punta de periodicazos, los grupos de poder, han hecho creer a la opinión pública que la Fiscalía y el Poder Judicial están obrando con celeridad, cuando, en esencia, en el país, como ya lo dije casi gritando, no ha caído algún sujeto relevante: ni siquiera ha caído Pepe Graña, un individuo involucrado en el escándalo de Odebrecht, incluso el propio Jorge Barata, superintendente de Odebrecht, quien gestionaba la División de Operaciones Estructuradas de esa compañía (oficina de sobornos), precisó que GyM de Pepe estaban enterados de todo el baile de sobornos para adjudicarse ilegalmente obras públicas multimillonarias, ni así, el susodicho está tras las rejas. No pues, claro, en el Perú hay dos leyes: una para los que poseen poder, como Pepe Graña, y otra para los que no tienen ni un perro que ladre por ellos. Más claro, ni el agua.
¿Qué fiscal o juez se atreverá a pedir prisión preventiva para Pepe Graña? Nadie, no hay ni un solo patriota, ni un solo espartano, el Perú ya no tiene un verdadero inca o chanca del periodismo. Puro esbirro caviar, rojete, merluza, puro mermelero, franelero, chupafarolas, lametraserrillos, cascaciruelas, peina-almorranas ha poblado la prensa nacional. Todos estos dizques “hombres de prensa” no puede tocar al Tony Soprano de la clase empresarial: solo atinan a decir: “chi cheñor”.
Cambiando de tema; ¿Usted sabía que el Perú le pagó US$ 300 millones a la corrupta firma Odebrecht, ya que estos degenerados le ganaron al Estado 35 procesos arbitrales? Los corruptos de Odebrecht le metieron 42 procesos arbitrales, una suerte de juicios, pero en otra jurisdicción (entre el 2002 y 2015) a Perú, o sea, nos llevaron a los tribunales 42 veces, y en ese fuero nos sacaron la putísima madre, quien sabe comprando árbitros traidores a la patria, como era su costumbre, por ese motivo, el Estado tuvo que desembolsar US$ 300 millones, casi S/. 1.000 millones, en ese lapso, con el objeto de que los corruptos ya no nos demanden más.
Es decir, Odebrecht hizo arrodillar al Perú, como hizo arrodillar al Estado colombiano el otrora Cartel de Medellín. Pero, ahora: Hamilton Castro y Pablo Sánchez, al parecer, ¿cuidan los intereses de Odebrecht y no le han congelado ni una sola cuenta? Ya que, si lo hacen, según ellos, pues los delincuentes brasileros (Marcelo y Jorge) no abrirán la bocota. Cabe precisar que de los 42 procesos arbitrales que Odebrecht le hizo al Estado, solo pudimos ganar siete, pero esta encanallada firma nunca le dio la gana de pagar ni un solo sol en beneficio del país.
Y, aunque usted ni lo pueda creer, los árbitros que favorecieron misteriosamente a Odebrecht fueron peruanos, yo, de saque, los catalogo como unos malditos traidores a la patria. Al margen de ello, damas y caballeros, mañana, domingo, 15 de octubre les presentaré al primer arbitro que llevó un sinfín de procesos arbitrales a favor de Odebrecht, este sujeto responde al nombre de Horacio Cánepa. Tranquilos, mañana lo conocerán con más calma. Hasta lueguito.
[Con algunos datos: IDL │Imagen de tapa: Getty Images]