Unos traviesos y rechonchos gatos de casa en vez de dormir en el refugio que construyó su dueña, decidieron explorar otras zonas de su hogar y, de esa manera, se toparon accidentalmente con algunas macetas con plantones de marihuana.
En un inicio, los dos gatos solo atinaron a olisquear la hierba, luego, uno de ellos, quizá, el más panzón osó a morder de manera temeraria una hoja de marihuana, según parece, le agradó el sabor de dicha planta y, al instante, el otro felino casero hizo lo propio:
“Las lámparas de cultivo se habían estropeado, así que saqué las plantas al porche durante unos 15 o 20 minutos. Cuando salí para volverlas a llevar a la sala de cultivo, mis gatos se las habían comido todas”, redactó la propietaria de estos dos felinos en la descripción del vídeo que publicó en su cuenta de Youtube.
Este vídeo fue registrado por la dueña de los felinos en la ciudad de Gilbertville, en Massachusetts (EE.UU.).
ASÍ LUCEN LOS GATOS LUEGO DE HABERSE COMIDO CASI TODOS LOS PLANTONES DE MARIHUANA DE SU DUEÑA: SEGÚN PARECE, ESTARÍAN BAJO LOS EFECTOS DE LA DROGA NATURAL:
Cannabis sativa, el cáñamo o la marihuana, es una especie herbácea de la familia Cannabaceae. Es una planta anual, dioica, originaria de las cordilleras del Himalaya, Asia.
Los humanos han cultivado desde tiempos prehistóricos esta planta por sus numerosos usos: como fuente de fibra textil, para extraer el aceite de sus semillas, como planta medicinal —hay registros escritos sobre este uso que datan de 2737 a. C.—, y como psicotrópico y herramienta mística y espiritual.
Su fibra tiene usos variados, incluyendo la manufactura de vestimenta, cuerdas, textiles industriales y para obtener pasta de papel. El aceite de sus semillas —los cañamones— que no contiene cannabinoides se puede usar como combustible y alimento. Las semillas enteras, o los restos que quedan tras la extracción del aceite se usan como alimento para mascotas y para el ganado.