Muchas personas me hablaron por interno sobre la trayectoria legendaria de un ciudadano peruano y piurano de nacimiento, que responde al nombre de César Augusto Casariego Gutiérrez, más conocido como “El Greco”: en honor al cantante argentino Alberto Greco (famoso por su pieza musical: “La nave del olvido”); las “malas lenguas piuranas” señalan que Casariego Gutiérrez poseía un increíble parecido al citado artista gaucho; pero el inexorable paso del tiempo e incluso la vida misma lo habrían tratado duramente, como si fuera el entenado de la soledad. Actualmente esta leyenda urbana llamada “El Greco Piurano” y su fiel compañerita; su gata “Shis” traspasaron fronteras por su estilo de vida extremadamente desprendida, liberal, generosa y desinteresada en beneficio de la sociedad de Castilla, en Piura.
Pero ¿Qué hicieron El Greco y la Shi para ganarse el cariño y respeto de los piuranos?
El hobby de César Augusto es salvar vidas: él muy por la mañana al despertar lo único que desea es salvar vidas, y en muchas ocasiones ya lo hizo, pero en otras solo encuentra ahogados para que sus familiares le den cristiana sepultura. Cabe precisar que “El Greco piurano” es un excelente atleta y nadador y su historia lo “condena”, pues cientos de lectores de Tiempo26.com nos informaron que Casariego Gutiérrez salvó —en 1998, cuando el fenómeno meteorológico “el niño” nos visitó— decenas de vidas. ¿Cómo? En febrero de ese año las intensas lluvias en la región de Piura hicieron que el caudal del río del mismo nombre se incremente de manera inusual, desbordándose por algunas calles y logrando derribar varios puentes: uno de los más emblemáticos fue el puente Bolognesi, donde desafortunadamente perecieron varias personas, pero no bien que aconteció ese catastrófico evento; “El Greco” armado con su cámara de llanta aro 16 bien inflado se lanzó al caudaloso y embravecido río Piura para lograr sacar a varias personas con vida. Lo más increíble es que, en ese entonces, en las orillas del citado río; había presencia de la división de rescate de la policía nacional, miembros del ejército peruano y bomberos-rescatistas, pero nadie se animó a entrar al endemoniado torrente: Solo “El Greco”; desde entonces este ciudadano se convirtió en una leyenda urbana.
Pero ello no fue todo; sino que volvió —en este fenómeno meteorológico denominada “el niño costero” (2017) —, a las aventuras, correrías, y peripecias para salvar vidas humanas y de animales; y recientemente ha sido visto de esta manera:
¿De qué vive “El Greco”?
Es un atleta y nadador profesional, conoce muy bien los ríos de su región, y suelen contratarlo para la búsqueda de cuerpos en los torrentes. Y en muchas ocasiones salva vidas. Asimismo, este gran personaje recibe donaciones y algunas monedas para que sobrevivan: él y la “Shi”
El escritor Mario Navarro describió al gran “Greco” de esta manera:
“Por su andar ligero de mirada autosuficiente, su colchón invasivo en aquella vereda de Castilla, su jerga pícara y su vida en constante recurseo hacen de él un hombre arriesgado y decidido a la conquista de su soledad”:
“El Greco es quizás la encarnación popular del hijo pródigo quien aún está demorando su paso para regresar al hogar en busca de algún perdón paternal, el amigo callejero que ya nadie visita y a quien todos saludan con el respeto ganado fresco e intacto. Él es aquel indiscutible héroe empobrecido y ya solitario de una tragedia urbana difícil de borrar, y sin dudarlo demasiado es el nadador olímpico sin medallas de oro ni plata dispuesto a redimirse una y mil veces más cuando el instante del desenlace fatal le toque a la puerta”

Créditos. Foto: Mario Navarro