La pregunta que nos tenemos que hacer todos los peruanos es: ¿Qué rayos está pasando con la higiene y salubridad de absolutamente todos —sin excepción— los restaurantes a lo largo y ancho del Perú? Si bien es cierto, esta hermosa nación goza de un prestigio invaluable de poseer una de las mejores gastronomías del planeta tierra al costado de la gastronomía japonesa y francesa, pero al parecer este “boom”, honra y reconocimiento algunos inescrupulosos empresarios lo estarían tirando al abismo sin importarles ni un solo carajo; pues cada vez más los comensales peruanos y extranjeros que residen en esta geografía están denunciando con evidencias irrefutables (fotos y videos) el hallazgo de roedores, cucarachas, insectos, incluso de objetos contundentes (dientes, alfileres, botones) dentro de sus pedidos (platos de comida).
Este tipo de empresarios que no cuidan bajo ningún concepto la salubridad y que, dicho sea de paso, no son para nada higiénicos deberían de recibir una severa sanción económica y civil por poner en riesgo la salud pública. Para muestra un botón, hoy la multimillonaria firma denominada “Popeyes”; que es una suerte de pollería gringa, está en el ojo de la tormenta, ya que uno de sus comensales pudo registrar un video cuando un asqueroso roedor se paseaba a sus anchas por todo el establecimiento de la referida compañía: subía en las sillas, mesas y recorría todos sus rincones. El video registrado por este cliente de “Popeyes” fue publicado y reportado a través de sus cuentas personales en las redes sociales (Facebook y Twitter)
¿Dónde ocurrió el incidente?
En el establecimiento de “Popeyes” en el Centro Comercial Real Plaza del Centro Cívico (en el Cercado de Lima), al costado del Hotel Sheraton.
Los clientes informaron al administrador del local sobre la presencia de este animal, quien raudamente salió y mató con una escoba al nauseabundo roedor.
DATO MUY PERO MUY IMPORTANTE:
“Popeyes” al parecer estaría jugando con la salud pública, ya que la ciudadana peruana, Katherine Sotero Peña, también denunció a dicho establecimiento, puesto que el pollo que adquirió estaba en estado de putrefacción, es decir, era carne de pollo pasado, quizá sin refrigerar. Ese lamentable evento ocurrió en el “Popeyes” del distrito de San Borja, en la misma ciudad capital de Perú.
[Imagen de portada: Forbes]