Si de por sí es necesario consumir mucha agua al día, cuando se tiene alcohol en la sangre es ‘de vida o muerte’. Diversos médicos recomiendan consumir, al menos, 10 vasos de agua y hacer ejercicios para desechar de forma natural toxinas.
Además, se debe introducir en esta dieta líquida agua de coco, jugos de naranja, agua de toronja, pues contienen vitamina C y antioxidante que facilita la limpieza del hígado.
La leche y huevos también, aconsejan otros especialistas, ya que ambos alimentos son ricos en proteínas que estimulan la producción de serotonina.
Es que el alcohol es diurético, explican doctores. Pone en riesgo de deshidratación a la persona que abusa de él, y elimina electrolitos. ¿La consecuencia? Náuseas, vómitos y migrañas. Por eso es tan importante la prevención.
¿Qué comer?
Es común que en estas fechas aumente la ingesta de bebidas con alcohol, pero los efectos negativos para el hígado pueden ser fatales. Es por ello, que hay un grupo de alimentos que se aconseja ingerir en pro de la salud del órgano.
La primera recomendación es el cereal, rico en vitamina B, también las galletas integrales, la quinua y avena.
Lo que se debe evitar a toda costa es el caldo de gallina, el ceviche y otras comidas del mar. Estos platos sí que empeorarían la reseca de Año nuevo.
Que la fruta ni los carbohidratos falten. Algo kiwi o una manzana podrían ayudar a levantar los niveles de líquido en el cuerpo; recuerda que cuando se toma alcohol el cuerpo es propenso a deshidratarse. A esto, agrégale un plato con arroz y papa cocida, tostadas con pavo o atún.
Cabe destacar que no siempre el café y las bebidas energéticas, esas que prometen sacarte del peor de los malestares post parranda, son buenas en estos casos, porque tienen alto contenido de azúcares.
Finalmente, a la hora de los loros, nada hace milagros. Lo mejor es prevenir y parar los excesos en estas fechas decembrinas para luego no estar padeciendo en la cama sin poder siquiera abrir los ojos.
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