Hace unos días, vi cómo algunos tradicionales medios de comunicación de Perú le daban toda la cobertura al socialista y actual presidente de Ecuador, Rafael Vicente Correa Delgado: incluso algunos “periodistas” totalmente analfabetos, ayunos en materias de ‘emergencias climáticas’, ‘desastres naturales y/o fenómenos meteorológicos’ se animaban a motejar al susodicho como: “el zar de la prevención”; extremosidad, poco sentido común y especialmente desatino que me llevó a investigar, y luego a objetar dicha desproporción que, dicho sea de paso, la prensa nacional ya adoptó a la “exageración” como un modus operandi para cazar algunos clics en las redes sociales y monetizar sus contenidos.
1).- Es totalmente adulterado, ficticio, inexacto, incorrecto, fraudulento, hipócrita, fariseo, mentiroso confirmar que el fenómeno meteorológico denominado ‘el niño costero’, que el Perú actualmente experimenta, es idéntico en intensidad al de Ecuador. O sea, decir que este fenómeno meteorológico tiene la misma potencia en Ecuador es un absoluto embuste: ¿Por qué? Es muy sencillo: nunca los fenómenos naturales (lluvias torrenciales, inundaciones, huaicos, aluviones, huracanes, tornados, tsunamis, etc) de este tipo pueden tener la misma magnitud; incluso en los terremotos continentales, y tengo un ejemplo irrefutable: el sábado 16 de abril de 2016 se originó un terremoto continental en este lado del mundo, y el país más afectado fue la hermana República de Ecuador, pues desgraciadamente padeció un sismo de magnitud 7,8, que devastó las provincias costeras de Manabí y Esmeraldas: el resultado oficial de esta terrible catástrofe fue de 673 personas fallecidas, 12,000 mil heridos graves y daños superiores a los US$ 3,200: esa tarde de sábado, también el Perú, Colombia y parte de Chile —a causa del terremoto de 7,8 grados ocurrido en Ecuador— fueron sacudidos, incluso hubo algunas viviendas y cercos perimétricos (no muchos) en Perú que se desmoronaron.
“Evidentemente, Perú y Colombia sí fueron afectados pero con una menor magnitud, que afortunadamente nos sacudió muy fuerte, hubo viviendas y edificios que se resquebrajaron y la población entró en pánico, pero no pasó a mayores”.
Hubiera sido deleznable que Ollanta Humala Tasso, en ese momento presidente del Perú, politice la desgracia de Ecuador y declare que: “el Perú estaba mejor preparado para terremotos que Ecuador, y que por ese motivo, no habíamos sufrido las mismas consecuencias que las provincias ecuatorianas de Manabí y Esmeraldas”: desde mi humilde punto de vista ello hubiera resultado vomitivo y hediondo y mucho peor que provenga de un mandatario. Por cierto, tampoco el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos se pronunció al respecto, incluso teniendo a los departamentos del sur de Colombia casi colapsado: Nariño, Cauca, Quindío, Valle del Cauca, Bogotá, Risaralda, Popayán, Pasto y Cali. Ambos presidentes entendieron que los fenómenos naturales nunca son iguales en potencia y/o magnitud y que el epicentro fue en Ecuador; y algo mucho más importante: Santos y Humala respetaron el duelo de la hermana patria. Sin embargo, Rafael Correa alardea y se echa flores por haber hecho en casi 12 años de re-re-re-re-re-re-elección dos proyectos multipropósito para reducir el impacto de las lluvias y teniendo el mismo fenómeno meteorológico que el Perú, pero seis veces más débil en magnitud.
2).- Lo más insólito y que colinda con la negligencia es que el susodicho salió —de manera vil y populista—, en los tradicionales medios de comunicación de Perú y Ecuador para “remarcar” sus “obras contra las lluvias”: con un claro y único objetivo: “apuntalar” —de cara a la segunda vuelta de las elecciones, que se celebrará el próximo 2 de abril—, la candidatura a la presidencia de Ecuador de su candidato oficialista llamado Lenín Moreno, quien se enfrenta al demócrata Guillermo Lasso. Está claro que Rafael Correa está capitalizando la desgracia del Perú para aventajar a Lasso, y si el Perú rechaza cualquier tipo de proselitismo en los políticos peruanos, pues también deberíamos de rechazar enfáticamente con el mismo tono las intenciones de Correa. Y por último, el presidente de Ecuador debería de entender que el epicentro del fenómeno meteorológico se ubica entre Piura y Tacna. En otras palabras, toda la costa peruana, según especialistas.