GENTE NORMAL Y GENTE MARRÓN
Escribe: Marco Avilés
Al principio parecía una broma, pero no, hay una agencia que busca dos tipos de personas para sus castings. Gente normal y gente marrón.
A la izquierda, una MUJER a secas, universal, estándar. ¡Alucinah!
A la derecha, una mujer no universal, a quien para no identificarla por su piel (marrón) la agencia Cazting Z llama “asépticamente” MUJER SIERRA. ¡Manya!
El problema no parece visible a primera mirada. Pero si contemplamos un rato las imágenes, los rostros, las pieles, los adjetivos, entonces comienzan a aflorar varias cositas.
Cuando eres blanco, eres el estándar, lo universal, y la agencia ni siquiera tiene que especificar tu origen o tu color de piel o tu etnicidad. Simplemente, te llamará MUJER u HOMBRE, a secas. Tu color no te define. Al contrario, te da neutralidad.
Cuando eres marrón, por otro lado, no eres una persona a secas. Eres una etnicidad (indígena). O una geografía (sierra). O un color de piel. E incluso una clase social (emergente). O una economía (informalidad).
Para gran parte de la publicidad peruana y contra toda evidencia, la piel marrón sigue siendo un color subestándar, exótico y lejano. Algo que, en los castings, necesita ser especificado, como si fuera una rareza que se halla en un solo lugar: la sierra.
Las agencias deberían revisar los patrones de belleza y el lenguaje que usan. Como el hombre araña, tienen un gran poder y, por eso, una gran responsabilidad.