Escribe: Suriel Chacon
Desde hace varios días, he estado elaborando con mucha prolijidad y paciencia el artículo que decidí publicar hoy, 26 de noviembre de 2017, sobre la supuesta “liberación” del reo Alberto Fujimori vía un indulto humanitario. Francamente, fue un poco arduo enroscar todos los argumentos: hasta que por fin lo logré.
El actual presidente de la República, Pedro Pablo Kuczynski, durante los últimos meses, desde que asumió el cargo, ha estado calibrando y evaluando la reacción de la sociedad peruana respecto a un posible indulto humanitario que beneficie al reo Alberto Fujimori; pero PPK se llevó un chasco, incluso un contundente sobresalto, ya que la mayoría de la ciudadanía impugnó, repudió y rechazó ácidamente el flirteo entre Peruanos por el Kambio y Fuerza Popular.
¿Qué ocurrió?
Muy sencillo; Fuerza Popular, el movimiento político de la hija del reo Fujimori, Keiko Fujimori, haciendo uso y abuso de la mayoría parlamentaria (la mototaxi) pretendió poner en jaque al Perú, específicamente, al Gobierno Central, con el objeto de que Kuczysnki –bajo presión– agilice, apresure y mueva todas sus influencias en la Dirección de Gracias Presidenciales para que, de una vez todas, el condenado y/o convicto Fujimori salga por la puerta grande, como la “erudita” (brics) legisladora Cecilia Chacón declaró en algún momento respecto al caso de su líder.
El modus operandi de la mototaxi naranja fueron: 1). – Censurar ministros a diestra y siniestra. 2). – modificar casi todos los D.U., emitido por el Poder Ejecutivo, respaldado por las facultades legislativas otorgadas por el Parlamento. 3). – Utilizar las comisiones del Congreso como un ajusticiamiento mediático (sicariato político) contra sus opositores ideológicos. 4). – Denunciar a jueces y fiscales para amedrentarlos y, de paso, entorpecer el debido proceso, la institucionalidad, la legalidad, la democracia y el Estado de derecho, y claro, para desvirtuar y estropear las investigaciones que se le sigue a Keiko Fujimori. 5). – Utilizar a sus trolls asalariados y otros sin salario en las redes sociales para despotricar contra todo aquel que se arriesgue y se enfrente a las artimañas de la vieja política del fujimontesinismo, sin embargo, las dos primeras estrategias quedaron descartadas, dado que kuczynski y Zavala de manera muy valiente presentaron (el 14 de setiembre de 2017) la necesaria ‘cuestión de confianza’ para poner orden en el gallinero, y sí que lo han puesto, ya que hasta la fecha los integrantes de Fuerza Popular están “con el rabo entre las piernas”: si presentan una nueva ‘moción de censura’ contra un funcionario público, pues PPK cierra el Congreso, así de sencillo. Y los fujis como otros ganapanes no desean perder el jugoso salario mensual y todas las gollerías que reciben diariamente.
Ahora bien, volvamos al segundo párrafo: ¿Por qué la ciudadanía no desea la liberación del convicto Alberto Fujimori?
Es importante que los jóvenes peruanos sepan que Fujimori recibió de manera legítima una condena de 25 años de prisión efectiva por los execrables delitos de peculado, el caso de los diarios ‘chicha’, los horrendos crímenes de Barrios Altos y la Cantuta, y, además de los secuestros al periodista Gustavo Gorriti y al empresario Samuel Dyer Ampudia. Fujimori, y así lo avala la justicia chilena y peruana, fue autor mediato de homicidio calificado con alevosía, lesiones graves y secuestro agravado, en las matanzas de Barrios Altos, La Cantuta”, como ya lo dijimos.
Por la reacción de la ciudadanía y por todos los abominables crímenes que cometió el reo Alberto Fujimori no saldrá de la cárcel en el gobierno de PPK haga lo que haga el fujimorismo: no importa si cada uno de los integrantes de la mototaxi se tiran del puente Villena, en Miraflores. Fujimori no saldrá lo dice el pueblo. Y si sale haré un viaje a pie de Santa Teresa hasta Choquequiraro en el año 2022, pero claro, después de que el pueblo se levante.